Secarse al sol, coger calor, cargar energía, reposar y..., preparados, listos... CORRUBEDO, 101 motivos.
Dicen que la energía no se crea ni se destruye..., ¡pero no nos lo creemos! La mía, la tuya, la suya..., ¡vaya que si se agotan! Nuestro amigo el cormorán también necesita salir un rato del agua y secarse, coger energía, reposar..., y en un rato estará listo para zambullirse de nuevo. No se deja ver mucho por la playa, prefiere más aquellos islotes pedregosos y altos, donde nadie le molesta.
Pero este cormorán atrevido ha venido hasta la arena, estira el cuello, hace equilibrio en su pata derecha, se empapa de sol, se refresca con una brizna de viento y...
Yo necesito una brizna de viento cálido y un baño de sol salado. Tú necesitas una brizna de viento cálido y un baño de sol salado. Él, el cormorán, sus amigos y los míos y los tuyos, también necesitan unas briznas de viento salado y unos baños de sol cálido. ¡Vente y reúnete con los otros cormoranes..., en su entorno exclusivo por naturaleza!