Buscar la luz, cuando el sol se esconde; evitar la luz, cuando las farolas se encienden. CORRUBEDO, 101 motivos.

Contemplar el ritual de la puesta de sol en el horizonte atlántico (#WildAtlantic) justifica ponerse las botas, las zapatillas, lo que toque..., y caminar por la agreste franja costera, privilegio de locales e iniciados, que se inicia cerca de la Punta do Prado y lleva, a través de Pozo Salgueiro, hasta la vertiente sur del promontorio del Faro de Corrubedo.

El juego de luces, de sombras, de penumbras y destellos, con cuasi-cero contaminación lumínica, es de los que ya no son fáciles de encontrar.

Unos huéspedes-amigos gallego-suizos se cruzaban con nuestra comitiva a la altura de Pozo Salgueiro y me preguntaban si había más pueblos como Corrubedo en la costa de Galicia, hacia el norte... Mi respuesta es que NO; hay espacios maravillosos en casi toda la franja costera hasta Fisterra y luego por la Costa da Morte, sin duda. Pero muy pocos enclaves singulares tan anclados en el tiempo y todavía cuasi-vírgenes. Y la cualidad de la escasa contaminación lumínica es notable: solo el FARO, grandioso en su decadencia... (por ahora).